El próximo jueves 18 de Junio celebramos el Día Mundial del Cáncer Renal, este año con el lema: “Necesitamos hablar sobre el ejercicio físico”.
El cáncer de células renales es responsable de un 2-3% de todos los tumores malignos en el adulto. Es dos veces más frecuente en hombres que en mujeres. La mayoría de los casos se diagnostican entre la 4ª y la 6ª década de la vida (a partir de los 50 años de edad), pero se puede presentar a cualquier edad.
El hábito tabáquico (dobla el riesgo de desarrollar esta enfermedad), la exposición a ciertos productos químicos (cadmio, asbestos, petróleo) la obesidad, la enfermedad quística renal adquirida en pacientes sometidos a diálisis crónica (30% de estos pacientes desarrollan un cáncer renal) y el uso indiscriminado de analgésicos (aspirina y fenacetina, en este caso más implicados en el desarrollo de cáncer de vías urinarias), se asocian con un incremento en la incidencia (número de nuevos casos por año) de esta enfermedad.
La ACTIVIDAD FÍSICA protege contra la incidencia de cáncer renal gracias a diferentes mecanismos como la mejora del sistema inmune, disminución de la inflamación crónica, regula los valores de tensión arterial, mejora la resistencia a la insulina y previene la obesidad.
El ejercicio puede ayudar a prevenir el cáncer, controlar la progresión de la enfermedad, interactuar con los tratamientos antineoplásicos, y mejorar el funcionamiento físico y los resultados psicosociales de los pacientes.